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Productividad: algunos consejos y
sugerencias
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Productividad en la Universidad
Ser productivo en la Universidad puede ser complicado. La
verdad es que desde el punto de vista económico casi da lo mismo tratar de desarrollar una labor
científica de calidad que dedicarse a pulular por los pasillos. La valoración
en dinero de un sexenio (unos 100 euros/mes) es, más que ridícula,
insultante. Ningún investigador se hará rico a base de sexenios. Alguien que
se dedique sólo a dar sus clases puede reírse a mandíbula batiente de alguien
que, además de la docencia, desarrolle tareas de investigación porque
económicamente no compensa.
El entorno universitario no es precisamente el más adecuado para fomentar
la productividad. En el día a día, se prodigan las interrupciones, abundan las
reuniones, la carga
docente nos agobia, la administración no nos valora, etc, etc, etc. Muchas
veces tenemos que trabajar los fines de semana para terminar tareas que hemos dejado
semiacabadas por diversas razones. Con un montón de tareas más o menos
pendientes, los plazos para proyectos, comunicaciones a congresos,
convocatorias, etc nos presionan y andamos siempre entregando las cosas tarde.
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¡Otra forma de trabajar es posible! |
La productividad de los investigadores no se puede medir contando las horas
de permanencia en pasillos, despachos o laboratorios sino mediante RESULTADOS
(artículos en revistas importantes, citas recibidas, invitaciones para impartir
cursos y conferencias, sexenios, etc.). Estos resultados no pueden cuantificarse de
forma completamente objetiva ni, por supuesto, deben valorarse "al
peso", pero constituyen el verdadero objetivo de nuestra tarea.
Entrar al juego de quienes justifican su posición o su salario con las
muchas horas de permanencia en los despachos y pasillos, sin hacer referencia a
los resultados obtenidos, es una forma triste de declararse vencido de antemano.
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Los consejos y sugerencias siguientes se basan en lo que he aprendido por
experiencia propia y en lo que he leído por ahí. A mi me funcionan, pero puede
que otra gente tenga otro estilo.
El objetivo no es trabajar más tiempo, sino
trabajar con más eficiencia y, por tanto, producir más cosas y de más
valor en menos tiempo. |
a) Orientaciones generales
- Escucha la conocida conferencia de Steve Jobs a los graduados de Stanford: http://www.youtube.com/watch?v=ykUyVFkizfQ
(se abrirá otra ventana. Este enlace lleva a la primera parte de la charla, hay otros
trozos fácilmente localizables en youtube).
- Desperdicia cualquier cosa menos tiempo.
- Dicho lo anterior, hay que dejar claro que muchas veces es necesario
"perder tiempo" y dedicarse a pensar. Esto de pensar no puede
hacerse a horas fijas (ej: de 9 a 5). Las ideas van y vienen y surgen cuando
ellas quieren (no cuando queremos nosotros). Procura escaquearte de vez en
cuando para poder reflexionar. Apagar el ordenador o irse a dar una vuelta
son excelentes métodos para poder dedicarse un rato a eso de pensar. Hazlo,
sin dudar, cuando te llegue la onda pensativa. Aunque suene ridículo,
algunas de mis ideas se me han ocurrido ¡fregando platos en mi casa!.
- No pierdas tiempo en proyectos de investigación, artículos,
comunicaciones a congresos y, en general, tareas y jaleos que no valgan
la pena. La vida es demasiado corta como para desperdiciarla escribiendo
malos artículos, presentando comunicacioncillas a congresillos cutres o
haciendo proyectines de investigacioncita ... Intenta hacer COSAS grandotas y olvídate de las cositas
pequeñitas. Si un proyecto es inicialmente ambicioso, puede tener éxito o
puede fracasar. Si el proyecto no es ambicioso de antemano, ¿puede tener éxito?.
- Si no vale la pena hacer algo, tampoco vale la pena hacerlo bien. Líbrate
como
puedas de las tareas irrelevantes, absurdas, poco útiles desde el punto de
vista científico o docente pero inevitables. Alguna vez tendrás que
abordar este tipo de tareas en la Universidad por aquello de repartir el
castigo.
- Ten siempre muy claras las diferencias entre lo que es esencial
(investigación + docencia) y el resto de ocupaciones que son accesorias o
perjudiciales (por ejemplo, nunca aceptes ser secretario de un Departamento
que tenga docencia en tres campus).
- Céntrate en lo esencial y en lo que sabes hacer y procura evitar, delegar
o transferir otro tipo de tareas a quien sepa resolverlas mejor (por
ejemplo, el PAS
podrá gestionar las facturas mejor que tú y una agencia de viajes
organizará un congreso con más eficiencia. Si tu inglés es malo, gástate
algún dinero en una traducción profesional para tus artículos y dedica tu
tiempo a cosas más importantes; si tienes problemas con el ordenador, llama
a los servicios informáticos, etc.).
- Procura no entrar al trapo de la trampa mental que te tenderán algunos, según la cual se
nos paga por dar clases y ESTAR en la Universidad un número de horas
determinado (como una especie de compensación por no estar en casa o en
otro sitio más placentero). No. La verdad es que nos pagan (poco, pero nos
pagan) por PRODUCIR. A esto de estar horas y horas en el puesto de trabajo
sin producir se le llama, según tengo entendido, "presentismo". El presentismo es
todavía más nocivo que el absentismo ya que quien está presente sin
producir está consumiendo recursos (ancho de banda, energía eléctrica,
papeles, tinta de impresora) sin producir nada útil o valioso. En países
subdesarrollados científicamente, el presentismo todavía es visto con cierto
respeto por algunos, e incluso con admiración ("¡Qué tío, está
todos los días aquí como un reloj, de 9 a 6, con una hora para comer!, ese
es un currante.", "Sí, sí, pero, ¿publica artículos, genera
conocimiento, lleva proyectos?". "No, pero el tío cumple con su
jornada de trabajo, no como tú, que estás siempre escaqueado o de
congresos y encima te dan más sexenios que a tus compañeros que están
aquí trabajando de sol a sol, ¡vergüenza debería darte!").
- Huye como de la peste de los deprimidos, los hundidos y los perdedores que
van proclamando su desastre personal a los cuatro vientos: acabarán por
contagiarte su pesimismo vital y científico. Su negrura sólo se alivia
levemente cuando ven que alguien más se une a ellos en el pozo tenebroso
del fracaso.
- A continuación cito algunas frases típicas que deberían generar en ti
la ineludible necesidad de huir de quien las perpetra, so pena de
contagiarte irreversiblemente de tedium vitae:
- "...con esta carga docente es imposible
hacer ningún trabajo científico..."
- "...yo ya estoy
desengañado de eso de la investigación..."
- "...claro, estos
dirigen sus propias revistas y se publican lo que quieren y a los demás nos
rechazan los artículos..."
- "... ya es martes, ya falta menos
para el viernes..."
- "...hay algunos que dicen que hay que
publicar en revistas del tal ISI, pero entonces ¿para que tenemos aquí la
revista de nuestra facultad?..."
- "...estos del PAS si que viven
bien..."
- "...¡cómo van a ser buenas las revistas científicas
de un país en el que la gente no sabe donde está España!..."
- "...y me negaron el sexenio, a pesar de que presenté cinco
comunicaciones del congreso que organizamos aquí y al que vino Johnson..."
- "...no me dan sexenios porque ahora exigen un artículo cada año y si
tienes dos años sin artículos y un año con cinco artículos, no te dan el
sexenio..."
- "...si, si, mucha ciencia, mucha ciencia en esos
países, pero aquí tenemos más sol..."
- "...a mí, que soy
catedrático, me van a venir diciendo los gringos si mi artículo está bien
o mal..."
- "... no entiendo como pueden rechazarme un artículo en
el que me he tirado trabajando tres años...".
- Evita la gente tóxica http://www.optimainfinito.com/2010/02/el-consejo-de-los-viernes-evita-a-la-gente-toxica.html
(se abrirá una nueva ventana)
- Coloca en tu despacho algo que te recuerde tiempos peores: te ayudará a
quitar importancia a los mini-desastres cotidianos. Yo, por ejemplo, tengo
enmarcado el escrito que recibí en 1981
de denegación (por falta de fondos) de la primera beca que solicité para
estudiar en la Universidad (luego me la concedieron porque hubo renuncias).
¿Que ahora me cierran asignaturas,
me rechazan artículos, me niegan proyectos? ¡Bah, eso no es nada para lo
que pudo ocurrir entonces! Mis alternativas eran estudiar los cinco años
con becas o irme a trabajar en la vendimia, la aceituna o cualquier otra
cosa de mi pueblo.
- ¿Qué te importa lo que piensen los demás?. Los pensamientos son
(supongo) fenómenos psicofísicos, cambios en potenciales eléctricos,
interacciones tan débiles que ni siquiera salen del cerebro ajeno. No
pueden tocarte.
- ¿Qué te importa lo que digan los demás?. Las palabras son sólo sonidos
con pocos decibelios, débiles ondas longitudinales que adquieren su sentido
cuando las interpretamos. No pueden dañarte.
- ¿Qué te importa lo que hagan los demás?. Cada cual administra como
quiere y como puede sus 20 o 30 años de vida intelectual útil. Lo que
hagan los demás con su tiempo es cosa suya. No pueden amargarte.
b) Trucos y consejos prácticos
- Empieza cada día dedicando las dos o tres primeras horas a algo importante. No cometas
el error de empezar la jornada de trabajo resolviendo asuntos burocráticos,
mirando el correo electrónico o haciendo cosas "fáciles": te
engancharás y no abordarás las cuestiones realmente decisivas. Lo
importante debe ser lo primero. Si empiezas con las tonterías, verás como
a las 11 vas a por el cafelín, luego miras el correo otra vez, llega la
hora de comer, y así dale que te pego, sota, caballo y rey... habrás
quemado otro día... ¡Otro!. Si te acostumbras a empezar por algo
importante, el resto del día será más productivo y te costará más
dedicarte a tareas irrelevantes.
- Empieza una tarea y sigue con ella hasta que la termines. No pases de una
tarea a otra, dejando todo a medias.
- Las tareas importantes y que exigen concentración (escribir o referear
artículos, por ejemplo) se hacen mejor en casa. Escaquéate todo lo que
puedas para hacer este tipo de cosas. Lamentablemente siempre habrá algún
fracasado (de estos que no consiguen nada de nada) que te criticará por
trabajar en casa y por no estar "en tu puesto de trabajo", por muchos
sexenios o premios nóbeles que tengas. No hagas caso a esta gente: vete a casa a
hacer las cosas importantes.
- A veces es útil utilizar el método franquista de resolver asuntos
irrelevantes. Según leí por ahí, Franco tenía dos montones enormes de
carpetas, expedientes, etc en su mesa de despacho. Uno de los montones era
el de "asuntos que el tiempo resolverá". Cada cierto tiempo,
Franco pasaba unas carpetas al otro montón, sin abrirlas, ni mirarlas, ni
decidir, ni nada de nada. Este montón era el de "asuntos que el tiempo
ha resuelto".
- Mira y contesta el correo electrónico únicamente dos veces al día. Yo lo hago
alrededor de las 12:00 y alrededor de las 16:00 (así me da tiempo de solventar cualquier cosa de última
hora sin agobios). Revisar el correo
electrónico al principio de la jornada te llevará a perder tiempo
contestando mensajes ya que siempre cuesta un poco arrancar y cualquier
"tarea" se presta magníficamente como sustituto de lo importante.
Por supuesto, debes desconectar ahora mismo el aviso automático de nuevo mensaje recibido (lo tienen todos los
programas de correo electrónico). No puedes permitir que el aviso automático
(¡ping!) te
interrumpa cada dos por tres. Mejor todavía, mantén cerrado el programa de correo
electrónico cuando no lo estés utilizando.
- No acabo de ver las ventajas de tener varios monitores y dedicar uno al
correo electrónico para seguirlo al instante. Creo que esto es justo lo
contrario de lo que hay que hacer.
- Hay gente (poca) que te envía un mensaje de correo electrónico y, acto
seguido viene a tu despacho a decirte: "Te acabo de enviar un mensaje
diciéndote que ..." ¡y te cuenta el contenido del mensaje!. Intenta
explicar a estos impacientes que no es necesario que te expliquen "in
voce" lo que te hacen llegar on-line y que no puedes estar respondiendo
ipso-facto mensajes porque tienes que hacer cosas como investigar, preparar
clases, etc.
- Mantén vacío el buzón de entrada del correo electrónico (en www.43folders.com
te explican muy bien las ventajas de este método).
- Utiliza un lector de feeds para seguir los seis, ocho, veinte o treinta
blogs y webs que miras a diario (si puedes suprimir alguno, mejor que
mejor).
- No contestes al teléfono NUNCA. El Presidente de los Estados Reunidos
debe estar localizable las 24 horas al día, tú no. Utiliza el teléfono
como un receptor de mensajes (buzón de voz) y procura ir educando poco a
poco a la gente para que contacte contigo mediante correo electrónico, ya
que es un medio no invasivo que no te interrumpe. Solución definitiva: graba un mensaje en tu
buzón de voz diciendo que estás "fuera" y pidiendo que contacten
contigo por e-mail. No des más datos. Así filtrarás a los que no sepan utilizar
Google para localizar tu dirección de correo electrónico (seguro que no
tienen mucho que ofrecerte). Acto seguido
desconecta el teléfono. Adelante, no tengas miedo. Venga, ¡¡¡hazlo
ahora!!!. Ya eres libre.
- Enciérrate por dentro (¡click!) en tu despacho a determinadas horas para
evitar interrupciones y deja abierta la puerta sólo en períodos
determinados (por ejemplo, de 13:00 a 14:00 horas). Los carteles tipo:
"Por favor, no molesten" y cosas así se consideran graves ofensas
para con el resto de compañeros y no funcionarán ("¿Qué pasa,
hombre, eres más importante que nosotros?" o "¿Así es que te
molestamos?").
- Lleva siempre puestos unos auriculares como esos que utilizan los
yogurines para escuchar sus MP3. Por alguna extraña razón, la gente no
interrumpe a alguien que lleva auriculares, mientras que nadie se siente
culpable de interrumpir a quien lee o escribe en un ordenador. No es
necesario que escuches música ni nada: los auriculares son sólo un
excelente medio disuasivo.
- Haz caso a quien te aconseje que evites las reuniones.
- Evita formar parte de comités, juntas, etc que te obliguen a acudir a
reuniones.
- Si los consejos anteriores no funcionan y te citan a alguna reunión,
procura sobornar o chantajear a alguien para que te sustituya.
- Si no te queda más remedio que ir a una reunión, procura no perder del
todo el tiempo. Por ejemplo, lleva algún artículo para leer
subrepticiamente, mientras perore el plúmbeo de siempre. Haz como que tomas notas de lo que se
dice. De vez en cuando
conviene asentir con la cabeza, para hacer creer al auditorio que estás
atendiendo. Cuando veas que mucha gente levanta la mano es que se ha llegado
a alguna votación. Procura votar al mismo tiempo
que ellos para que no se note que estás despistado. Normalmente, votar
"SI" suele ser lo mejor, ya que muchas cuestiones han sido
cocinadas previamente en la cafetería, en los pasillos o en los despachos.
Como estas cosas se guisan con bastantes ingredientes, casi todo el mundo
estará en el ajo: tu voto contrario o de abstención no cambiará el
resultado y, encima, ganarás enemigos para ti o para tu Departamento.
- Si hay algún orador especialmente pesado, farragoso o lento, pídele que
repita o que aclare su argumentación. Mejor aún, pídele que sintetice los
puntos más importantes. El pesado aprovechará la ocasión para ampliar sus
disparates, pero a ti te da igual que vuelva a hablar,
ya que estarás trabajando o leyendo mientras él se desgañita. Con este método conseguirás
aburrir al personal y generar actitudes contrarias hacia las reuniones en el
resto de la gente. Camarada: la guerra contra las reuniones inútiles es una
lucha a larguísimo plazo. Con tiempo y paciencia y con la colaboración de todos
los antirreunionistas, tal vez consigamos que este castigo cruel e inhumano
sea desterrado de la faz de la Tierra y no lo padezcan, al menos, los nietos
de los nietos de vuestros nietos.
- En el turno de ruegos y preguntas, sugiere que las reuniones se hagan de
pie (es decir, sin sentarse). Se reirán de ti, pero este método
resolvería el problema de la pérdida de tiempo en las reuniones. En
Estados Unidos las corporaciones importantes están empezando a poner hora
de inicio y hora de final a las reuniones para evitar perder el tiempo.
Aquí todavía consideramos que la libertad de expresión debe imperar sobre
la productividad.
- ¿Es necesario estar tanto tiempo en la cafetería? Hay quien toma el
primer cafelito al llegar, otro a media mañana, la cervecita antes de
comer, otro cafetito después de comer, uno más a las cinco de la tarde,
... Naturalmente, los cafeses se toman en grupo van acompañados de una sabrosa y reposada
conversación con otros cafetófilos encontrados por allí. La salida del
recinto se hace a paso de tortuga y saludando a todo quisque que aparece por
el pasillo, como si hiciese lustros desde el último encuentro. Ciertamente,
la fijación que tienen algunos profesores por la cafetería es
sorprendente. Yo entendería esto si la cafetería de la Facultad fuese bonita, pero
todavía no he visto una sola cafetería universitaria guay. Hay quien me
dice que en estos encuentros se aprovecha para hablar de temas científicos
y para ultimar detalles de artículos y proyectos. ¿Es verdad? En este caso
estaríamos a lo que se indica más arriba de escaqueo para
"pensar": ¡venga café!.
- Mantén despejada la mesa de trabajo. Ten sobre ella sólo lo que
necesites en ese momento. No coloques sobre la mesa papeles, libros, documentos, etc.,
con el único fin de recordar que tienes que hacer algo con ellos. Una
superficie despejada invita a trabajar, mientras que una mesa abarrotada de
montones de papeles, carpetas, expedientes, libros, etc. causa ansiedad. Lamentablemente, tu prestigio sufrirá otro varapalo (¡otro
más!) cuando alguien vea tanto orden y limpieza y vaya diciendo por ahí:
"Este tío no hace nada: tiene la mesa vacía". Todavía hoy una
mesa de despacho bien abarrotada de asuntos sin resolver se suele considerar
un indicio de que su propietario es persona de muchas ocupaciones, con
muchos y muy importantes negocios que requieren su atención y con muchas
tareas que implican dedicación o trabajo.
- Si vas a tener la mesa despejada, necesitarás algún sitio para mantener
los papeles, carpetas, etc. de los asuntos pendientes. Este es tu "inbox"
y ahí deberás colocar todo nuevo asunto en el que vayas a trabajar (más
detalles en www.43folders.com).
- Procura ir a la Universidad en transporte público y aprovecha el tiempo
para leer papers y mantenerte al día.
- Ten siempre a mano una libreta y un bolígrafo para anotar las ideas que
se te ocurran. "Siempre" significa siempre (si, también al lado
de la cama, etc).
c) No interrumpas
Muchas de las recomendaciones anteriores van orientadas a evitar que te
interrumpan, pero hay que predicar con el ejemplo: No interrumpas a los demás
para cuestiones triviales y aplícate los consejos y sugerencias anteriores a
tí mismo.
d) Sincronizando tus ficheros en varios ordenadores
Si trabajas en varios sitios (casa, Facultad, etc) debes asegurarte de que
tienes la misma versión de los ficheros en todos los ordenadores. Mucha gente
utiliza pendrives para actualizar y sincronizar el contenido de sus ordenadores.
Para ello copian la última versión de sus documentos de un ordenador al
pendrive y de ahí la pasan a otra máquina. Si luego hay que trabajar en otro
ordenador, es necesario repetir todo el proceso. Yo encuentro este método
bastante complicado y peligroso. Siempre has de estar pendiente de que tienes la
última versión de los documentos en todos los ordenadores y un descuido puede
ser fatal ("¿Copié o no copié la última versión en el ordenata de
casa?").
Yo suelo trabajar en ¡tres! ordenadores diferentes: uno en casa, otro en el
despacho del campus de Alcalá y otro en un despacho compartido en la Escuela de
Magisterio de Guadalajara (la Universidad de Alcalá tiene centros docentes en
"territorio extranjero"). ¿Cómo sincronizar tres ordenadores
diferentes? El método de copiar en el pendrive y pasar del pendrive a cada
ordenador me sumergiría rápidamente en la teratología y en el caos...
Mi solución es radicalmente diferente. Yo utilizo el pendrive como disco de
trabajo. El pendrive es mi disco-disco de trabajo donde tengo los ficheros
"buenos" de cada uno de los asuntos en los que estoy laborando.
Insisto: el pendrive contiene la versión "buena" de los documentos en
los que estoy trabajando. Las versiones de los ficheros que hay en cada uno de
mis ordenadores son copias de seguridad de los ficheros "buenos" que
tengo en el pendrive. El sistema funciona así:
- Cuando estoy en el despacho, conecto el pendrive y trabajo en él (abro
los ficheros allí, escribo, los guardo, etc.)
- Antes de irme, saco una copia de seguridad en el disco duro del ordenador.
Para eso utilizo el programa SynBack (gratuito). Este programa copia en el
disco duro únicamente los ficheros del pendrive que han sido modificados.
Normalmente, esto no tarda más de 30 o 40 segundos. No es una buena idea
hacer esta copia de seguridad con el explorador de ficheros de Windows
porque tardaría mucho (no hay forma de copiar sólo los ficheros que han
sido modificados).
- Si pierdo el pendrive o éste se daña, tengo la versión última, salvada
en el ordenador del despacho.
- Si ahora voy a casa y tengo que trabajar allí, lo hago igualmente en el
pendrive.
- Antes de apagar el ordenador de casa saco en él una copia de seguridad
del pendrive con el programa SynBack, como antes.
- Es decir, trabaje donde trabaje, lo hago en el pendrive y siempre saco
copia de seguridad en el ordenador que sea.
- Si estoy varios días o una semana sin trabajar en uno de los ordenadores,
no importa: siempre saco copias de seguridad en el otro ordenador en el que
trabajo y esto, como digo más arriba, con SynBack esta tarea no exige normalmente más
de 30 o 40 segundos y se hace automáticamente, sin errores y con todas las
garantías.
El único inconveniente que encuentro con el enfoque anterior es que el
pendrive no tiene papelera de Windows: si eliminas un fichero por error, se fue
al limbo para siempre (bueno, puedes recuperar la última versión copiada en el
disco duro de alguno de los ordenadores en los que trabajas). Hasta ahora, nunca
se me ha planteado este problema: nunca he borrado un fichero por error (soy
tacaño, prefiero guardar las viejas copias a borrarlas). De todas formas, tengo
entendido que si se carga el sistema operativo en el pendrive, se instala una
papelera de Windows en él, pero no lo he comprobado.
e) Recopilación de ideas sobre productividad
En el fichero pdf adjunto aparece una recopilación de ideas y consejos sobre
productividad tomados de sitios diversos.
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Aquí puedes descargar el fichero en formato pdf.

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